sábado, 15 de febrero de 2020

Colegio y Gimnasio

Al fin, los chicos empiezan el colegio y uno piensa, durante 9 meses el problema lo tiene la maestra.
Como todos los padres pensamos que nuestros hijos son los mejores, los mas lindos y los mas inteligentes, me dio una grata sorpresa cuando Martita me trae 2 valijas.
Por un momento se me envidriaron los ojos de lagrimas y me puse a planificar que ropa guardarles dentro de las valijas y como era la planificación del seguimiento de estudios en la Universidad de Oxford, cuando empiezan, donde van a dormir, cuando los tengo que llevar a Ezeiza, quien los recibe allá.
Mi ilusion duro apenas un suspiro, cuando Martita me dice, y cito: "Te gustan las mochilas que le compre a los chicos para ir al colegio?".
Martita, los chicos entran parados en las mochilas.
Que tienen que llevar al colegio, el pupitre?.
Ya se que los días lindos me va a tocar llevar en cada mano una de estas mochilas, caminar 5 cuadras cuidando que los chicos no corran, esquivar los pozos porque si caminas rápido y se traba una de las rueditas se produce un latigazo y te dislocas el hombro, esquivar los autos que en cada bocacalle parecen flechas que dispararon contra vos, llegar al colegio, poner cara de que feliz que soy y dejar a los chicos. A la tarde lo mismo pero al reves.
Los días de lluvia ir hasta la cochera, atar a los chicos en el asiento trasero, subir cada mochila al baúl del auto (párrafo aparte, les recomiendo para estos casos tener siempre un decadron a mano, no te confíes porque es seguro que un día te quedas duro de la espalda cargando las mochilas), y el problema que es bajarlas en la calle mientras llueve cuando llegas al colegio.
Por lo menos, el lado positivo que le encuentro es que después de todo esto no necesito ir al gimnasio y me ahorro esa plata.


martes, 4 de febrero de 2020

Vuelta de las Vacaciones

Y bue, todo lo bueno llega al final, va, lo malo también.
Pero la vuelta de las vacaciones es muy traumatica y estresante.
Ir entrando nuevamente a la ciudad con una fila infinita de autos por delante me lleva a pensar en la rutina que me va a tocar durante todo el año de lunes a viernes..
Encima, cuando llego al departamento e intento abrir la puerta noto que se atasca y tengo que realizar una presión extra para abrirla. Pienso, se hincho la madera, pero no, la macabra imagen corresponde a la cantidad de sobres con impuestos que el malevolo encargado fue pasando por debajo de la puerta.
La luz, gas, teléfono, celular, cable, expensas, tarjeta, patente, ABL.
Mientras me quedo sentado abriendo cada uno de los sobres sobre la mesa y pensando en vender un órgano para pagar todo, aparece Martita y me dice "que te parece si le digo a mama que venga a pasar unos días con nosotros antes que los chicos empiecen el colegio".
En ese momento, dejo de pensar en vender un órgano y pido a gritos que me hagan la eutanasia.